Esta almohadilla de grasa no solo protege la glándula salival y los músculos de arriba, sino que también asegura que esos músculos se deslicen entre sí durante los movimientos de expresión facial. Como se encuentra en el medio de la cara, le da una apariencia redondeada a la cara y si el tejido graso es de gran tamaño, la cara se ve más llena y grasa. Además de todo eso, puede hacer que los rasgos faciales parezcan menos prominentes. Las personas que quieren unas mejillas más delgadas aunque no tengan una cara gorda y aquellas que quieren tener pómulos más prominentes son candidatas ideales para la bichectomía.

Aunque la bichectomía se ha realizado con mucha frecuencia en los últimos años, la indicación debe determinarse muy bien y la mejor es para personas que tienen mejillas regordetas que hacen que los pómulos prominentes sean menos visibles.

Por lo general, las cirugías de bichectomía se realizan con anestesia local. Para empezar, se realiza una pequeña incisión con la punta de una pinza fina en la boca debajo del pómulo, luego se llega al tejido muscular y se separa suavemente, de esa manera se llega al tejido adiposo y se extrae con herramientas quirúrgicas. El punto importante aquí es que si no es necesario, el tejido adiposo no se elimina por completo. El tejido adiposo restante actuaría como protector en la región de los movimientos de los músculos y las glándulas salivales. Es absolutamente necesario tener mucho cuidado al cortar y eliminar la grasa. No debe haber ninguna incisión en las estructuras de los nervios faciales, los músculos y el conducto de las glándulas salivales. El sangrado se puede prevenir ligando o quemando los vasos sanguíneos que lo alimentan.

Luego, la incisión se cierra con uno o dos puntos absorbibles. Es conveniente utilizar analgésicos después de la cirugía. La aplicación de hielo en la cara durante 1-2 días evitará el hinchazo que pueda ocurrir.